¿POR QUÉ NO PODEMOS VER A DIOS?

¿Por qué no podemos ver a Dios, si de verdad existe? Este es un interrogante que la mayoría de gente nos hemos hecho al ver que Dios parece invisible a nuestros ojos. A continuación, intentaremos dar una luz para esclarecer este gran interrogante.

¿Por qué no podemos ver a Dios?

Para poder resolver la pregunta de por qué no podemos ver a Dios, debemos tener en cuenta quién es Dios y qué significa. Como ya se ha comentado en el post sobre quién es Dios, ahora sabemos que Dios tiene varias facetas. Una de ellas es la física, la cual podemos contemplar en absolutamente todas las cosas que vemos con nuestros ojos y que han provenido de Él mismo, desde el principio de su expansión y aparición del universo.

Otra de las facetas de Dios, es su cara espiritual, la cual se encuentra en un reino o dimensión completamente espiritual y que simplemente, nos es imposible para la mayoría ver con nuestros ojos. A ello podemos dar las siguientes explicaciones.

¿Por qué no podemos ver a Dios a través del ojo humano?

El ojo humano es un órgano capaz de detectar la luz, gracias a sus células sensoriales conocidas como conos y bastones. Los conos, son sensibles a la luz roja, verde y azul, y los bastones, permiten distinguir el blanco, el negro y las tonalidades grises. Sin embargo, el ojo humano está limitado a captar solamente una pequeña parte de la radiación electromagnética, la luz. El espectro visible, se encuentra dentro de una longitud de onda de 400 a 700 nm; por consiguiente, es un hecho que el hombre responde a una ventana visible que abarca desde la longitud de onda violeta hasta la media infrarroja, impidiéndole ver más allá de esta radiación.

Basado en las experiencias de algunas personas fuera del cuerpo, se ha revelado que Dios emite un aura la cual transmite una la luz ultravioleta. La luz ultravioleta por ejemplo, posee una longitud de onda entre 380 y 420 nm, lo que quiere decir que es una onda corta y su energía es muy superior en velocidad respecto a las demás.

Como podemos observar, nuestra capacidad visual se encuentra muy limitada respecto a lo que nos rodea. Es por ello, que para poder comprender por qué no podemos ver a Dios, debemos estar conscientes de los límites de nuestro cuerpo y de nuestros sentidos. Hay que decir que por el hecho de no poder ver más de lo que permiten nuestros ojos, no significa que las cosas que no vemos, no existan.

¿Por qué no podemos ver a Dios habitando en el cuerpo?

Debemos saber que nuestro cuerpo físico y cerebro son similares a un filtro, que solo permiten pasar cierta información del mundo exterior, mientras que otra no la puede asimilar. Nuestro cerebro, es un simple receptor encargado de transmitir la información que llega de nuestra conciencia, a todo nuestro cuerpo. De esta manera, podemos interactuar con el mundo externo, siendo nuestro cuerpo solo un medio para poder hacerlo.

Dios por su parte, es pura conciencia y energía. Él no está limitado por un cuerpo físico y pesado como el que poseemos ahora. Así que mientras nosotros nos encontremos en el filtro físico, no podremos ver ni a Dios ni su mundo espiritual.

Ahora, si por un solo momento pudiéramos ver con nuestros ojos físicos el espíritu de Dios y su energía poderosa, nuestros ojos serían destruidos, pues no podrían soportar tal frecuencia luminosa, tan superior a la que nuestros ojos pueden tolerar.

De la misma forma, se sabe que cuando un ser o una persona refleja amor, sus vibraciones energéticas se moverán con mayor velocidad en comparación con seres o personas con sentimientos y pensamientos negativos, indicando una vibración mucho más lenta y más pesada. Teniendo en cuenta esto, a partir de nuestras vibraciones reflejadas, estaremos en la capacidad de percibir y conectar con las vibraciones de otros seres y personas amorosas y con las vibraciones de Dios. Así mismo, fluirá nuestra vida, la relación con los demás y con el entorno.

De la misma forma, si somos personas que trabajamos constantemente en nuestra área espiritual (no confundir con religión), hacemos que nuestra conciencia se expanda y fluya más rápido, permitiéndonos recibir más sabiduría superior y abriendo el canal de conexión con la fuerza superior o Dios.

Cuando somos personas llenas de pensamientos y sentimientos destructivos, nos movemos en planos vibracionales más pesados, donde nuestra energía se conecta e interactúa con la energía de otras personas similares. Bajo esta forma de pensar y sentir, te bloqueas a ti mismo, impidiéndote experimentar planos más ligeros, donde tu conciencia es expandida a un conocimiento superior y una percepción mayor.

Conclusión

Cuando vivimos sumergidos la mayoría del tiempo en nuestro plano y realidad física, sumergidos en nuestras ocupaciones y preocupaciones del cuerpo, la capacidad de ver y experimentar a Dios se ve mermada. Esta es una de las principales razones, del porqué no podemos ver a Dios y más que no poder aún verlo, poder sentirlo. No obstante, lograremos sentirlo, sin lugar a dudas, si buscamos en nuestro interior y nos abrimos para unirnos a la Conciencia Superior.